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Como padres a los que nos importa el cuidado de nuestros bebés y niños, es siempre preocupante que aunque creamos que los productos destinados a nuestros hijos son muy seguros: están etiquetados, testados dermatológicamente, cumplen unos criterios de calidad y han pasado controles sanitarios. Sin embargo, en los estudios no hay unanimidad: unos países prohíben algunas sustancias por considerarlas peligrosas, mientras que otros las siguen permitiendo porque consideran que en pequeñas cantidades el producto no es dañino.

Tenemos el ejemplo de las demandas que ha perdido Jhonson & Jhonson por los daños causados por su talco ( Leer más aquí ) finalmente en el 2020 lo retiran del mercado, siendo que desde 1971 se conocían ya los daños.

Afortunadamente existen asociaciones como por ejemplo el Grupo de Trabajo Ambiental (EWG) que nos alertan sobre la cantidad de sustancias tóxicas que contienen los productos de higiene infantil y nos advierten sobre sus daños: desequilibrio hormonal, trastornos del sistema nervioso e inmunitario, y afectar al desarrollo del bebé.

Según este organismo, nuestros pequeños están expuestos diariamente a casi 27 ingredientes químicos dañinos para la salud,y muchos otros que jamás han sido evaluados en cuanto a su seguridad.


¿Por qué son más vulnerables los pequeños?

Los pequeños son mucho más vulnerables que los adultos a los efectos de los productos químicos tóxicos. ¿Por qué?

1.- Su sistema inmunológico y el sistema nervioso central no están completamente maduros, por lo que la interacción con quiímicos (o incluso algunos ingredientes naturales, como la miel) puede vulnerar más fácilmente su organismo.

2.- A su organismo le cuesta más trabajo eliminar toxinas.

3.- la superficie de la piel de los bebés es casi el doble de la superficie de la piel que los adultos por unidad de peso corporal, por lo que un niño puede absorber proporcionalmente más productos químicos.

4.- Su piel es 30% más delgada que la de los adultos, y su barrera de protección es menos efectiva que la de los adultos, por lo que entran con más facilidad a su organismo los tóxicos.

5.- La barrera hematoencefálica de sangre que ayuda a bloquear los productos químicos de penetrar en el cerebro no está completamente desarrollada antes de los 6 meses de edad.

6.- Suelen llevarse más las manos a la boca.

Según el Grupo de Trabajo Ambiental (EWG) disminuir la exposición de los niños a los productos químicos desde el primer día, e incluso en el útero, podría significar un menor riesgo de alergias y sensibilidades químicas, y un menor riesgo de cáncer y otras enfermedades, Pues actualmente existen más ingreddientes tóxicos en los productos de cuidado personal, y tendrán mayor tiempo de acumularlos en su organismo.

 


Entonces ¿cómo protegerlos?

Usando productos de origen natural y libres de tóxicos.

Para evitar que todos estos ingredientes dañinos entren en contacto con la piel del bebé, es aconsejable optar por productos naturales y ecológicos, libres de tóxicos .

Biolua nace como una alternativa para el cuidado de bebés y niños con productos de cosmÉtica libre de tóxicos, de origen natural y biodegradable.

Nuestros productos NO contienen parabenos, sulfatos, ftalatos, BTH, Aceites minerales, ni ningún otro derivado del petróleo, fragancias ni colorante sintéticos, nanopartículas etc, etc.

Además de evitar la acumulación de tóxicos en su organismo, es sorprendente la cantidad de problemas como dermatitis, irritaciones, eczema etc que se reducen o eliminan simplemente eliminando parabenos, derivados del petróleo, fragancias y colorantes sintéticos etc. Además de aprovechar las maravillosas propiedades cosméticas y terapéuticas que nos ofrece la “Farmacia natural”

En nuestros productos evitamos también el uso de cualquier ingrediente natural que no sea recomendado para su uso en niños pequeños como la mayoría de aceites esenciales.

Para conocer nuestra amplia línea d eproductos puedes entrar a la tienda en línea www.biolua.com/tienda

 


¿Cómo sé qué productos pueden ser potencialmente dañinos?

El primer paso para proteger a nuestros pequeños es aprender a leer etiquetas y evitar todos los productos con ingredientes que ya han sido considerados como potencialmente peligrosos y/o dudosos por los organismos internacionales.

Entre ellos, cabe destacar los siguientes: los PEG, los parabenos, aceites minerales, dimeticona, acrilatos y demás derivados del petróleo, el phenoxyethanol, los SLS/SLES, los DEA, TEA, y MEA, y la palabra fragancia o perfume.

Puedes revisar en este momento las etiquetas de los prductos que usas con tus pequeños y lo más probable es que encuentres muchos de estos ingredientes.

Para detectarlos, hay que leer bien las etiquetas y fijarse sobre todo en el INCI –el listado de ingredientes–. No debemos caer en trampas publicitarias de greenwashing que utilizan algunas marcas al incluir términos como natural, más suave, sano, etc.; hay que guiarse por la lista de ingredientes para descartar substancias sospechosas.

En el INCI los componentes aparecen ordenados de mayor a menor según la proporción en la que están presentes; apareciendo en primer lugar los ingredientes con mayor porcentaje. El producto contendrá más cantidad de los que están escritos en primer lugar, y mucha menos de los que se encuentran al final de la lista. De entrada, deberíamos evitar los productos que entre los primeros ingredientes se incluyan derivados del petróleo, además de las substancias mencionadas, y recordar que normalmente las fragancias sintéticas y conservadores como parabenos suelen encontrarse al final, debido a que su porcentaje siempre es menor.

En el caso de las toallitas, hay que tener especial cuidado, ya que según un análisis del EGW, el 95% de toallitas de bebé podría estar potencialmente contaminado con productos químicos peligrosos y alertan de que hay muchos ingredientes que no salen en el listado pero que están allí. Los que son considerados más peligrosos son el óxido de etileno y 1,4-dioxano, el formaldehído, los ftalatos y ciertos conservantes. En este enlace  te decimos dónde se suelen esconder estos componentes. En este caso, recomendamos firmemente usar toallitas 100% naturales, porque pueden ser útiles hasta los tres años de edad. Muchas marcas han hecho cambios en sus composiciones y han sacado componentes que se han prohibido recientemente, pero siguen incluyendo substancias que se consideran dañinas para la salud de los recién nacidos.


Lista de ingredientes a evitar

En esta lista se encuentran los principales ingredientes que conviene evitar.

Parabenos:

 son utilizados como conservantes y su función es impedir el crecimiento de microbios en los productos. Algunos estudios indican que estos compuestos pueden alterar la función hormonal, un efecto que está vinculado a un mayor riesgo de cáncer de mama y a problemas reproductivos. Dado que el sistema hormonal de un bebé aún no está maduro, los parabenos pueden causar daños en su sistema endocrino en desarrollo. ¿Cómo detectarlos? Los parabenos se pueden encontrar bajo los siguientes nombres: etilparabeno, butilparabeno, metilparabeno, propilparabeno y otros ingredientes que termina en –paraben.

Perfume o fragancia:

 Aunque estas palabras puedan parecer inofensivas, detrás de ellas se pueden esconder hasta 12.500 ingredientes diferentes, la mayoría químicos sintéticos. Lamentablemente, las marcas no están obligadas a especificar cuáles, porque la fragancia se considera un secreto comercial. Sin embargo, el cóctel químico que integra suele ser muy irritante para la piel del bebé. Muchas madres escogen los productos en función del olor, sin tener en cuenta que justamente es ese ‘buen olor’ el que puede causar problemas dermatológicos. Es aconsejable evitar cualquier producto que contenga perfume o fragancias sintéticas, y optar por los que contengan esencias naturales de plantas.

Ftalatos

: Existen una gran cantidad de investigaciones científicas que asocian sustancias de este grupo a problemas de salud fundamentalmente por sus efectos como disruptores hormonales: causan daños en el ADN de la reproducción masculina, así como malformaciones en el feto. De hecho, el Departamento de Salud y Servicios Humanos (DHHS), así como numerosas organizaciones internacionales, han determinado que los ftalatos son ingredientes tóxicos cancerígenos en los seres humanos, y la UE prohibió su uso en chupones, biberones y mordedores infantiles, pero no se han adoptado medidas restrictivas para otros muchos usos. De hecho, se ha relacionado el uso de productos de cuidado infantil aplicados por vía dérmica con concentraciones de metabolitos de ftalato en la orina infantil, así que está muy presente en nuestra vida cotidiana. Lamentablemente, ésta es una de las substancias más complicadas de detectar a la hora de comprar un producto, porque suele ser un componente de una fragancia, así que no se menciona en la lista de ingredientes. Para evitarlos, es mejor escoger productos que sean “libres de ftalatos” o “libres de fragancia”. De todas maneras, algunas nomenclaturas con las que se pueden encontrarlos en las etiquetas son: DEHP, BBP, DBP, BDP, DUB, etc.

SLS y SLES (Sulfatos) :

 En realidad estamos hablando de lauril (éter) sulfato de sodio 4, una sustancia sintética que se utiliza en productos de higiene (sobretodo champús) por su capacidad emulsionante y de creación de espuma. Sin embargo, los SLS / SLES pueden causar irritación en los ojos, erupciones en la piel, pérdida del cabello, y reacciones alérgicas. Para detectarlo, hay que buscar en la etiqueta SLS, SLES, dodecilsulfato de sodio o PEG lauril sulfato de sodio.

Aceite mineral: 

se trata de un derivado del petróleo y se usa en muchos productos de higiene para el bebé como cremas hidratantes, las cremas para el pañal, toallitas húmedas, aceites y lociones. Las empresas de cosméticos suelen usar este ingrediente por su bajo costo y su acción lubricante. Sin embargo, el aceite mineral actúa como una capa sobre la piel y con ello bloquea los poros y el proceso de la respiración natural de la piel. En las etiquetas se suele encontrar bajo el nombre de: aceite mineral, vaselina, parafina o paraffinum liquididum.

Polietilenglicol (PEG):

 es una mezcla de compuestos químicos que se utiliza como emulsionante y que mejora la penetración de otros ingredientes, tanto los buenos como los malos. Y este es el problema: su grado de toxicidad depende de los ingredientes que lo acompañan.


Si quieres saber más sobre los tóxicos en cosmética, aquí puedes descargar nuestra guía gratuita sobre tóxicos:



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